Philippe Sands en presentación de su libro “Calle Londres 38” en la UDP: “Estamos entrando a una edad de impunidad”

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El abogado especializado en derecho internacional, que en 1998 presenció directamente el caso de Pinochet en Londres representando a Human Rights Watch, investigó los vínculos del oficial de las SS alemanas Walter Rauff con la DINA y también cómo se gestó el regreso de Pinochet a Chile tras su detención. Ambos murieron sin enfrentar a la justicia.

10 / 04 / 2025

Punta Arenas, puerto del fin del mundo, fue el lugar que eligió Walter Rauff —criminal de guerra nazi y oficial de las SS— para esconderse de los tribunales de justicia internacional. El creador de las cámaras de gas ambulantes y responsable por el asesinato de medio millón de personas en Auschwitz, estuvo por décadas entre las sombras, pero no por eso tan lejos del poder y del tipo de actividades que lo llevaron a convertirse en uno de los criminales más buscados tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Sus nexos con Pinochet, la DINA y su vínculo con Pesquera Arauco (cuyos frigoríficos eran utilizados por la dirección de inteligencia de la dictadura chilena), fueron investigados por el abogado especializado en derecho internacional Philippe Sands en el libro “Calle Londres 38. Dos casos de impunidad: Pinochet en Inglaterra y un nazi en la Patagonia” (Anagrama).

El trabajo, que fue presentado en la Universidad Diego Portales, además de abordar la presencia de Rauff en Chile, también se adentra en los detalles de la detención de Augusto Pinochet en Londres en 1998 y el proceso judicial que buscaba extraditarlo a Madrid, pero que terminó con su regreso a Chile en 2000. Sands fue testigo presencial de este caso, pues fue contratado para representar a Human Rights Watch en la instancia.

El resultado de su investigación arrojó pistas importantes sobre la participación de Rauff en la dictadura chilena. León Gómez, torturado por la DINA declaró haber sido interrogado por él en Londres 38, y a partir de esto, Sands comenzó a seguir la pista del ex miembro de las SS. El testimonio de Jorgelino Vergara, conocido como El Mocito por haber sido mozo de Manuel Contreras, despejó muchas dudas, pues coincidió a la perfección con la información recabada por medio de otras fuentes.

“Puedo decir con un alto grado de certeza que él estaba involucrado. ¿Qué hizo exactamente para la Pesquera Arauco? Eso será para la próxima generación de periodistas e investigadores que van a averiguar, y es una de las historias que me ha aproblemado mucho: en la entrega de justicia en Chile, el enfoque esencialmente es hacia personas militares y la DINA, no ha existido atención al sector privado y sabemos que el sector privado, en muchos lugares que he estado (en Alemania, en Yugoslavia, en Uganda) siempre está involucrado”, planteó Sands en su conversación con Paula Escobar, académica de la Facultad de Comunicación y Letras UDP.

Sobre el juicio a Augusto Pinochet, el libro rescata información de primera fuente sobre un acuerdo explícito entre el gobierno de Tony Blair y el de Eduardo Frei Ruiz-Tagle para evitar su extradición a Madrid y devolverlo a Chile. En ese contexto, surge el descubrimiento de un documento, hasta ahora desconocido, que revelaría la responsabilidad de Pinochet con el caso Caravana de la Muerte, y que, según consigna Sands, fue un elemento clave para este acuerdo entre ambos gobiernos.

“Mi trabajo en los casos, en litigación muchas veces se tiene que enfocar en probar los hechos, eso es lo que me encanta hacer. Por supuesto, en el caso de Pinochet se ha mencionado que no hay documentos, todo se hizo por el testimonio de testigos y una de las grandes revelaciones del libro es que los documentos sí existen y en Chile nadie los ha visto. Me parece que eso es una pregunta súper interesante”, planteó Sands en la UDP.

Este documento fue una especie de garantía. Sands relata que los británicos querían prueba de que las autoridades chilenas tenían evidencia suficiente para que se le retirara su inmunidad, se le investigara y procesara, por lo que su firma en él era importante. “No hay prueba documental de que Pinochet haya ordenado o pedido el asesinato, sin embargo, este documento auditaba la operación conocida como la Caravana de la Muerte. Y sí, fue firmada personalmente por Augusto Pinochet”, asegura.

El fin de su inmunidad ocurrió, pero nunca tuvo que comparecer ante el tribunal. No fue juzgado ni condenado, como sí podría haber ocurrido en España. “Fue un acuerdo imperfectamente implementado y en esas circunstancias yo terminé estando con aquellos que dicen debió ir a Madrid. Chile al final no entregó justicia en relación al general Pinochet. Eso nos lleva a un momento muy oscuro y amargo, y el desbalance es peor en un país que ha sido dividido por este tema tan complejo”, reflexiona el abogado.

La investigación convive de cerca con el concepto de impunidad, tanto para el caso de Rauff como el de Pinochet, quienes murieron sin enfrentar a los tribunales de justicia por sus actos. “Cada persona tiene derechos, como miembros de grupos que deben ser protegidos, y eso está siendo amenazado. Fundamentalmente no por el alza de los grupos nacionalistas o de derecha extrema en muchas jurisdicciones, sin embargo, está conectado con este sentido de que estamos entrando a una edad de impunidad. Rauff y Pinochet, esencialmente, son casos de impunidad, y vemos esto en relación a otros casos que están ocurriendo en Ucrania, Palestina, Hungría, también en Estados Unidos. Luego de estar inmerso como he estado en los últimos años con respecto a lo que ocurre después del 11 de septiembre del 73, tengo que decir que se ve horriblemente familiar”, concluye.

Revive el lanzamiento del libro “Calle Londres 38” a continuación: