Investigación internacional, con participación de la Cátedra UNESCO UDP, revela que más de 900 periodistas han sido forzados al exilio en Latinoamérica
El desplazamiento forzado de periodistas representa un ataque a la libertad de expresión y amenaza la democracia en la región, alerta un nuevo estudio realizado por la U. de Costa Rica, Fundamedios y la Cátedra UNESCO UDP. El informe fue realizado en 2024, contó con el respaldo de la UNESCO y contiene los resultados de 29 entrevistas a organizaciones, 200 cuestionarios a periodistas desplazados y grupos focales.
29 / 07 / 2025
Entre 2018 y 2024, al menos 913 periodistas de 15 países latinoamericanos se vieron forzados a exiliarse debido a la represión, persecución y cierre de espacios cívicos en sus países. Así lo revela el informe “Voces Desplazadas: Radiografía del exilio periodístico latinoamericano”, realizado conjuntamente por el Programa de Libertad de Expresión y Derecho a la Información (PROLEDI) de la Universidad de Costa Rica, la Cátedra UNESCO de la Universidad Diego Portales de Chile y la organización no gubernamental de lucha por la libertad de expresión Fundamedios.
El informe señala que Venezuela, Nicaragua y Cuba son los lugares que más han obligado a los periodistas a huir. En total, estas tres naciones concentran el 92% de las salidas estimadas. A estos países se suman otros como Guatemala, Ecuador, Haití, México, Colombia y El Salvador, donde la persecución de las autoridades, la criminalización del periodismo o las amenazas del crimen organizado han ido generando entornos cada vez más hostiles para quienes trabajan en medios de comunicación.
Los principales destinos de acogida para estas personas desplazadas son Costa Rica, Estados Unidos, España, Chile, Argentina, Colombia y México. La elección de estos países responde, en buena medida, a la existencia de redes de apoyo familiares o comunitarias y a las posibilidades de regularización migratoria que ofrecen.
El trabajo concluye que la mayoría de los desplazamientos ocurren abruptamente y sin planificación, lo que agrava las condiciones de vulnerabilidad. Además, evidencia cómo el exilio se vive en condiciones precarias, con violencia, discriminación, separaciones familiares y problemas de salud física y mental. Se trata, según el reporte, de una situación donde las personas sufren de un acceso limitado a derechos básicos como salud, vivienda y trabajo, que les dificulta reconstruir sus vidas y mantener su estabilidad económica.
Otro de los hallazgos es que la mayoría de personas exiliadas abandonan la práctica profesional. La complejidad jurídica y administrativa de fundar y mantener un medio, la dependencia del financiamiento internacional y la necesidad de encontrar una forma de vida estable hace que muchas de estas personas dejen el periodismo, generando vacíos y desiertos informativos que lesionan tanto la libertad de prensa como de expresión.
Óscar Mario Jiménez, coordinador del equipo de investigación, señaló que los hallazgos evidencian “un deterioro alarmante de las garantías para ejercer el periodismo en Latinoamérica”. Según Jiménez, se trata de una situación que debe detenerse: “Que más de 900 periodistas hayan sido desplazados forzosamente por defender la libertad de expresión es un ataque directo a la democracia y un llamado urgente a los gobiernos para que actúen sin demora.”
Por su parte, Dagmar Thiel, directora de Fundamedios en Estados Unidos, aseguró que “hemos logrado cuantificar un grave problema, y sin embargo nos hemos quedado cortos frente a una problemática que, lejos de resolverse, se agrava cada día más.” Ella considera que “el periodismo se ha transformado en una actividad de alto riesgo, pues los y las periodistas ponen en juego su integridad física y su propia vida para ejercer un buen periodismo en Latinoamérica”.
Alejandra Matus, directora de la Cátedra Unesco en Comunicación y Participación Ciudadana (UDP-Chile) manifestó que “el periodismo florece y fructifica en contextos de respeto a las normas democráticas y a uno de sus principios fundantes: la libertad de expresión. Cuando las o los periodistas son perseguidos y forzados al destierro, no solo se silencian sus voces, sino que se dañan los derechos de las comunidades a las que esos profesionales servían”.
El informe fue elaborado durante 2024, se basa en 29 entrevistas a organizaciones y redes internacionales, cuatro grupos focales con periodistas establecidos en España, México, EEUU y Costa Rica, dos encuestas virtuales y un amplio análisis documental. El equipo de investigación estuvo conformado por Óscar Mario Jiménez, Johanna Rodríguez López y Fernando Martínez desde Costa Rica, Dagmar Thiel desde Estados Unidos y Alejandra Matus desde Chile. La iniciativa contó con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
“Voces Desplazadas: Radiografía del exilio periodístico latinoamericano” está disponible para consulta en los sitios web del PROLEDI, Fundamedios y la Cátedra UNESCO de la Universidad Diego Portales. Se espera que sus recomendaciones orienten políticas públicas, acciones gubernamentales y el trabajo de organizaciones internacionales y redes de apoyo a la libertad de prensa.
Encuentra el trabajo completo en el siguiente enlace: